|| Rodolfo Gamarra
La informalidad laboral ha sido asociada a la exclusión, la baja productividad, la buhonería y la subsistencia
El trabajo informal en Venezuela es un fenómeno socioeconómico que se estudia desde los años 80, por instituciones internacionales como la Unesco y el FMI. Estas señalan su preocupación por la situación humanitaria que puede acarrearse en el país.
La ocupación informal ha estado sometida a amplios debates respecto a su definición, medición, causas y consecuencias.
Sin embargo, se define como aquel que no goza de contratación fija, que no se encuentra amparado por la legislación laboral y que carece de beneficios colectivos.
Este tipo de sistema laboral se encuentra asociado a la exclusión, la baja productividad, la buhonería y la subsistencia.
La fuerza de trabajo, que no tiene acceso a la seguridad social, se ha incrementado drásticamente, pasando de 48,5% a 84,5% entre 1994 y 2020, según datos no oficiales.
Estudios realizados por universidades nacionales apuntan a que el actual modelo económico es la principal causa del aumento del empleo informal en el país.
Estos mismos análisis señalan que este tipo de trabajo, ha descendido a escala global, en especial luego del fin de la pandemia, cuando la mayor parte de las empresas regresaron a sus actividades normales. Sin embargo, en Venezuela sigue su crecimiento de forma acelerada y sin señales de que vaya a disminuir.
“La paulatina destrucción del parque industrial, las políticas económicas nefastas y la pulverización del salario, son algunos de los motivos que llevaron a la fuerza laboral a tener que migrar a otras naciones, o dedicarse a actividades fuera del aparato productivo tradicional”, según Raúl Maldonado, presidente de la Federación de Trabajadores del Estado Aragua (Fetraragua).
El líder gremial indicó que en la actualidad el parque industrial en el país apenas mantiene 15% de su operatividad, lo que ha creado un crecimiento de la labor informal en 75%.
Insistió que el bajo índice salarial ha hecho atractivos otros modos de “ganarse la vida”, aunque la mayor parte de la mano de obra termina en este sector sólo para poder subsistir.
“Un cambio en el modelo económico sería el paso inicial en vía de una solución”, enfatizó Maldonado.
NUEVAS ALTERNATIVAS
Los trabajadores de muchas empresas se han visto en la necesidad de emprender para completar sus ingresos. Esta ha sido otra de las formas de sobrellevar la crisis y el bajo salario actual.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), indica que emprender representa otra modalidad de trabajo informal, donde la persona que labora en una empresa formal, tiene que realizar otra actividad económica paralela para complementar sus ingresos.
El trabajo por cuenta propia y emprendimientos no formales es la principal fuente de empleo en el país. Suman cerca de 7 millones de personas. Muy por encima del empleo en el sector público y privado.
Luis Molina, presidente de la Asociación de Trabajadores, Emprendedores y Microempresarios Autónomos del estado Aragua (Atraem), indicó que los emprendimientos son una alternativa, que ayudan a la recuperación del sistema productivo nacional.
Molina consideró que el país está en un proceso de reactivación y reinvención del aparato industrial.
A su juicio, con la incorporación del Inces a la cartera del Ministerio del Trabajo, viene una nueva etapa formativa estratégica para impulsar la industria venezolana.
“El emprendimiento se encuentra en auge en Venezuela y ha motivado a los trabajadores a complementar sus acciones productivas”.
Explicó que Atraem participa en la formación para mejorar la producción del país.
Agregó que desde esta asociación prevén que en el segundo semestre del año comience este nuevo proceso de recuperación de las empresas que están operativas y se reactiven muchas de las que permanecen cerradas.
“Esto ayudará a la gradual aparición de nuevos puestos formales, donde el trabajador pueda gozar de todos los beneficios”.
EL DATOSegún la encuesta Encovi 2022, “el empleo informal se redujo 7,7 puntos porcentuales, para ubicarse en 44%. Esta cifra sigue muy por encima del menor valor registrado por la encuesta en el año 2014, cuando era de 36%”. |
