Las pantallas se han convertido a lo largo de la historia en herramientas de entretenimiento y formación para los niños.
Hace algunos años la televisión, por ejemplo, fue bautizada como la niñera de los más pequeñas de la casa; en la actualidad, este papel lo juegan los teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras.
No obstante, lo que comienza como un acto inofensivo puede ser altamente perjudicial para el desarrollo de los niños y sobre todo para su bienestar. En estas líneas te contamos qué efectos tiene sobre ellos.
¿Qué ocurre si un niño pasa mucho tiempo frente a las pantallas?
Expertos señalan que, esta acción puede hacer que sea más difícil para los niños dormir en la noche, aumenta el riesgo de que desarrolle problemas de atención, ansiedad y depresión.
También aumenta el riesgo de sedentarismo y esto conlleva a que el niño aumente demasiado de peso, y hasta se convierta en obeso y a la larga desarrolle otros problemas de salud asociados a ello.
Incluso, está en estudio el efecto que el abuso de las pantallas tiene en el desarrollo de la vista de los infantes.
¡De cuidado!
Parece mentira, pero cada vez son más los niños que sin importar la edad que tengan comienzan a hacer uso de pantallas de móvil u ordenadores para jugar, y esto a la larga tiene efectos en su salud y bienestar.
Como hemos mencionado, existe el riesgo de perjudicar el desarrollo normal y les ocasiona problemas de conducta, trastornos del sueño, depresión, ansiedad y riesgo de generar adicción en casos extremos.
De igual manera, esta exposición sin control puede acarrear mayor fracaso escolar y hasta problemas de socialización.
Importante
Muchos son los padres y cuidadores de niños que han aprovechado las pantallas para que los infantes dediquen parte de su tiempo libre a jugar o ver videos en estos aparatos.
¿Pero qué ocurre? La UNICEF advierte de los riesgos del uso de las pantallas en los bebés y niños pequeños.
En este sentido, concluyen que puede afectar a las capacidades de concentración, aprendizaje, empatía, manejo de la frustración y control de los impulsos que resultan habilidades vitales para la interacción social.
